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Mostrando entradas de 2017

El año que se termina

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A puntito de finalizar el año toca hacer balance de lo vivido, de lo ganado, de lo perdido, de lo aprendido,… Y en esas me encuentro yo. Casi siempre me veo el día 31, preparándome para comer las uvas y pensando “ay! Que me ha pillado el toro y no sé qué le pido yo al año que está a puntito de entrar!”. Así que este año me lo he tomado más en serio y desde hace unas semanas pienso en las preguntas que creo me pueden ayudar a hacer un buen balance del año que se termina y que me pueden servir para pensar en cómo quiero entrar en el nuevo año que está a puntito de llegar. Aquí te dejo el listado de preguntas, y alguna reflexión en cada una, por si te sirve: Lo primero que hago es repasar lo que me planteé hace exactamente un año: ¿Qué propósitos me había marcado para este año? Cuando usaba agenda de papel los apuntaba ahí, pero hace tiempo que no la uso y solo se quedan en mi cabeza. (Me apunto para este año dejarlos escritos...)   ¿De esos propósitos, cuáles sí he cumpl

Apúntate a todo lo bueno

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Hace casi un año, pude asistir a un taller que mi amiga Pilar impartía en su tienda, Itaca concept , en Alcorcón. El taller llevaba por nombre "En manos de la Vida" y la verdad es que me llevé muchos aprendizajes aquella mañana. Una de las cosas que me llevé fue una frase que compartió una de las asistentes, que trabaja como enfermera, y está muy acostumbrada a ver situaciones feas... complicadas... en el hospital. La frase dice así "Apúntate a todo lo bueno, porque lo malo no avisa". Creo que desaprovechamos muchos buenos momentos que la vida nos brinda. Perdemos el tiempo disgustándonos porque algo no ha salido exactamente como nos gustaría, enfadándonos con alguien porque no ha cubierto unas expectativas que nos habíamos imaginado, preocupándonos  por hacer todo lo planificado... Cuando realmente podríamos estar disfrutando mucho más cada día.  Por supuesto la vida no es de color de rosa... Cada uno tiene sus problemas, sus dificultades... pero cre

Hablar por hablar

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Hace un tiempo me contaron una historia que ahora comparto aquí: "Jorge y Eva están casados y viven en una casa preciosa con vistas al mar. Las cosas ahora no son como antes. Desde hace un tiempo, todos los días,  a última hora de la tarde Jorge le dice a su mujer que se va a trabajar. Coge el coche y se va a un bar que está a 6 km de su casa. Allí está hasta bien entrada la madrugada, cuando en lugar de irse a su casa, se va a casa de Ana. Cuando está a punto de amanecer, se despide de Ana y regresa a su casa antes de que su esposa Eva se despierte. Un día, cuando está volviendo a su casa, justo antes del amanecer, Jorge sufre un grave accidente de tráfico." Esa es la historia. Podríamos alargarla más, añadir más detalles, pero no. Así se queda. Te voy a pedir que vuelvas a leerla y que vayas prestando atención a los sentimientos que afloran en ti. Quizá te recuerda alguna situación que conozcas. Si puedes, deja de leer el post y dedica un par de minutos a p

Permítete fallar

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Cuando abrí este blog, hace poco más de un mes, me propuse publicar una entrada cada semana. Los lunes por la noche sería el momento. Los días previos habría sacado tiempo para ir escribiendo ideas y tener una primera versión y los lunes, después de acostar a los niños, dedicaría un par de horas, no más, a terminar de redactar el artículo, preparar las fotos y publicarlo.  La semana pasada tenía en mente el tema “La aceptación” y algunas ideas sobre cómo enfocarlo. Pero no había conseguido escribir ni una línea antes del lunes. Así que llegó el día, y me puse manos a la obra. Y lo escribí. Y una vez terminado lo leí varias veces y sentía que no estaba transmitiendo todo lo que yo tenía en mente. Y se me estaba haciendo demasiado tarde… Darle otra vuelta suponía restar horas de sueño (que ya son pocas), y no nos vamos a engañar… no pasa nada porque yo no publique en el blog una semana. " casi nunca pasa nada… Pero casi siempre le damos a las cosas más importancia de la que t

¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

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Qué triste escuchar a alguien decir esto, ¿no?. ¿Te has parado a pensar lo que transmite esta frase? Pena, resignación. Transmite una idea de fin, de no retorno… Y transmite también un ápice de sorpresa, ¿no te parece? Este verano descubrí la parábola de la rana hervida en un libro de Pilar Jericó que se titula “Y si realmente pudieras?” y dice así: “Si ponemos una rana en una olla de agua hirviendo, inmediatamente intenta salir. Pero si ponemos la rana en agua a temperatura ambiente y no la asustamos, se queda tranquila. Al ir elevando la temperatura del agua poco a poco, la rana no reacciona. Está cada vez más aturdida y, finalmente, no está en condiciones de salir de la olla. Aunque nada se lo impide, la rana se queda allí y hierve. Muere. ¿Por qué? Porque su aparato interno para detectar amenazas a la supervivencia está preparado para cambios repentinos en el medio ambiente, no para cambios lentos y graduales”. A las personas a veces nos pasa algo así. Que sufrimos el

Y si tuvieses tiempo?

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Cuándo ha sido la última vez que has dicho o pensado esa frase de… “No tengo tiempo”. - Te han recomendado un libro y has pensado "me encantaría leerlo, pero es que no tengo tiempo para leer". - Te has encontrado con un amigo que te cuenta que hace running dos días a la semana y tú piensas "Si yo tuviese tiempo también saldría a correr entre semana”. - “De dónde saca el tiempo?” te preguntas cada vez que ves a alguien haciendo algo que a ti te gustaría hacer… Hace unos días, en el trabajo, le contaba a una compañera que había abierto este blog, y su primera reacción fue decirme: “¡¿pero de donde sacas el tiempo para hacerlo?!”. Tengo dos hijos, uno de ellos es un bebé y acabo de reincorporarme al trabajo tras la baja maternal… A priori lo normal sería pensar que no tengo tiempo para escribir en un blog… Pero seguro ya lo sabes, o te lo imaginas… Y sino, pues te lo digo yo: Esto va de prioridades.  Parece que a veces nos olvidamos de algo tan obvio c

"Lo que es, es"

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Así, sin más… “Pues menuda obviedad ha dicho esta chica”, habrán pensado muchos al leer el título de este artículo. Y puede parecer una obviedad, pero no… nada más lejos de la realidad. Me he encontrado con esta frase en el libro “Cuentos para pensar” de Jorge Bucay, que compré allá por 2006 (tenía la costumbre de escribir en la primera página del libro mi nombre y el año en que lo compraba) y que de vez en cuando vuelvo a coger de la estantería para ver al azar algunas páginas. La semana pasada decidí volver a leerlo, esta vez desde el principio.  En la introducción habla de 3 verdades y una de ellas es esta: “lo que es, es”. (Por supuesto deja abierta la posibilidad de que sea una verdad cuestionable, pero a mí me parece que debemos tomarla como verdad y a partir de esta idea reflexionar…). <<Cada uno vemos la realidad desde nuestra perspectiva, con nuestras gafas>> “Lo que es, es”. Si fuese tan obvio para todos, no habría apenas discusiones entre parej

"Better done than perfect"

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Hace un par de meses asistí al evento de presentación del calendario de Cenas Adivina . (No sabes qué es esto de Cenas Adivina? Entra en su web , lee el resumen de alguna de sus veladas, mira el calendario y apúntate  a una de sus cenas. Es una experiencia que hay que vivir.) El caso es que estaba allí, hablando con Beatriz Millán , a la que acababa de conocer personalmente, y salió el tema del perfeccionismo, del miedo a no hacer bien (“perfectas?”) las cosas. Y en medio de esa conversación ella soltó una expresión: “Better done than perfect” que me impactó como si de repente se encendiesen algunas luces... Me fui a casa sin dejar de pensar en la frase y durante días, semanas, ahí seguía. Sí, me considero una persona perfeccionista. Durante mucho tiempo he pensado que era una virtud, y me jactaba de ser muy perfeccionista “me gusta hacer bien las cosas”, “no paro hasta que consigo el objetivo que busco”...eran frases de mi discurso.    "Cuando la búsqueda de la p

Un simple paso

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Hace ya mucho tiempo, en un curso, me pidieron que eligiese al azar una página de un libro con imágenes y frases. Fui pasando las hojas hasta que una imagen me llamó la atención (Resulta curioso que ahora mismo no tengo ni idea de como era la imagen...). La frase que aparecía escrita resultó ser perfecta para mí en aquel momento. Es  del escritor chino François Cheng y dice así:  "Por lejos que vayáis, por alto que subáis, tenéis que empezar por un simple paso". Seguro que esta o alguna frase similar se ha cruzado en tu camino en algún momento. Lo que no sé seguro es si has querido pararte a pensar en su significado, tan claro y a la vez tan difícil de interiorizar. Supongo que a todos nos pasa a menudo. Al menos a mí sí. Cuando pienso en algo que me gustaría hacer, en algún objetivo nuevo, en un sueño... "se me hace un poco bola", me parece taaaan complicado, que empiezo a ponerme excusas: "Es que no tengo tiempo", "Es que no voy a ser capaz