El duendecillo verde

Así es como me lo imaginé yo la primera vez que supe de su existencia. Un duendecillo, tirando a pequeño, verde, con un gorro de gnomo y cara de gruñón y resabido. Ese es el mío. Algunos le llaman loro, o saboteador o pepito grillo. El mío es el duendecillo verde, así sin nombre propio. Ahora nos llevamos más o menos bien, pero cuando nos conocimos me cayó francamente mal. No podía creerme que llevase tanto tiempo con él a mi lado, haciéndome daño, y no me hubiese dado cuenta. Y entonces nos presentaron, empezamos a hablar y tuvimos una gran discusión hasta que entendí cuál era su cometido. Hicimos un pacto y ahora nos ayudamos mutuamente. Todos tenemos una vocecilla interior más o menos desarrollada, a la que hacemos más o menos caso, que nos habla a menudo, diciéndonos a veces cosas que no queremos oír. En mi caso, me hacía sentir bastante mal. Si conduciendo me equivocaba de calle, empezaba a decirme " qué inútil eres!, te has vuelto a equivocar! tenías que haber ...