A unos días de finalizar el 2018 parece que toca hacer balance. Aunque yo creo que cualquier momento del año es bueno para hacer estas reflexiones, de algún modo estos días nos invitan a hacer un parón para analizar cómo ha sido el año que termina y qué esperamos del nuevo que está a punto de empezar. El año pasado por esta época escribí un post que ahora he releído y la verdad es que me ha gustado revisarlo. Las preguntas que me hacía en aquel momento sirven de nuevo este año. En mi 2018 ha habido cambios significativos, decisiones importantes,… de las que me siento orgullosa. Me doy cuenta de que cuando quieres algo de verdad, tienes que ir a por ello, sin obsesionarse, pero poniendo la energía suficiente. Sin dejar que lo demás desaparezca, pero estando atenta a las oportunidades. También hay cosas que se escapan de mi capacidad de actuación, que me toca aceptar, aunque duelan (y mucho), pero que no puedo cambiar. No puedo engancharme a ellas porque me impedirían disfrutar