Nadie dijo que fuera fácil
Hace unas semanas publicaba un post sobre cómo gestionar propósitos ( Aprendiendo a gestionar propósitos ). Esos que nos marcamos a principio de año, o de curso, o en cualquier momento del año. Estoy segura de que muchos al leerlo han pensado "Sí, sí. La teoría nos la sabemos todos, pero en la vida real no es tan fácil". Yo misma me decía eso estos días . Si leíste ese post, recordarás que yo contaba como había empezado a conseguir que mi hijo pequeño, de meses, durmiese él sólo, en la cuna. Pues sí, la cosa avanzó, y parecía que ya lo habíamos conseguido, pero han pasado semanas y ahora parece que hemos vuelto atrás. El momento de meterlo en la cuna vuelve a ser duro, llora y no quiere quedarse solo. Alguna noche, vencida por el cansancio, lo he metido en mi cama, en contra de lo que me digo una y otra vez. (Respeto quien haga colecho, faltaría más, pero yo no quiero hacerlo). Y en esas estoy. No dejando que el desánimo acabe con mis fuerzas. No desisti
Comentarios
Publicar un comentario